El mundo se ha quedado pequeño. Los movimientos de grandes grupos de personas son cada vez más frecuentes sobre todo si huyen de conflictos, grandes catástrofes o situaciones límite de pobreza.
En estos días se aprobarán las medidas necesarias para dar acogida en Europa a 120.000 refugiados que huyen del conflicto de Oriente Medio. No obstante, ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, cifra en más de 850.000 los refugiados que desplazará dicho conflicto a medio plazo.
En esta realidad aumenta día a día la relevancia de los colectivos encargados de realizar la atención de emergencia de estas personas.
¿Cuales son los riesgos a los que se exponen los profesionales que realizan la atención de los refugiados?
¿Qué plan de prevención se debe aplicar para salvaguardar la salud de estos profesionales?
La tipología de profesionales que van a participar en las diferentes fases de acogida de emergencia de los refugiados es variada. Es posible definirlos según su estatus laboral:
Laborales: miembros del ejército o marina, policía, personal de seguridad privada, profesionales sanitarios asistenciales y profesionales no asistenciales (atención social, psicólogos, educadores o personal administrativo).
Voluntarios: voluntarios de organizaciones no gubernamentales (ONG’s, Cruz roja), sociales, religiosas o caritativas y particulares.
En ambos casos van a estar sometidos a un abanico importante de factores de riesgo según la fase de acogida de emergencia en la cual participen:
- Caídas y golpes durante las operaciones de rescate en alta mar, en el traslado de los refugiados o al llegar al centro de acogida.
- Ahogamiento e hipotermia en caso de caída al mar.
- Accidentes de circulación y/o atropellos durante los traslados de los refugiados.
- Atropellos en la prestación de ayuda en los casos de refugiados que se desplazan de forma no organizada a través de territorio europeo.
- Agresiones derivadas de la situación de extrema vulnerabilidad y ansiedad de los propios refugiados y/o, de las condiciones de hacinamiento en los centros de acogida o distribución de refugiados.
- Exposición a riesgo biológico en el caso de refugiados enfermos, con heridas o de mujeres embarazadas que dan a luz.
- Lesiones músculo esqueléticas durante las tareas de traslado de refugiados con movilidad reducida o material de ayuda.
- Trauma psicológico derivado de la observación de las condiciones en que llegan estas personas (fallecimientos en el viaje, víctimas de robos, agresiones, violaciones)
- Estrés.
El conocimiento de estos riesgos exige la aplicación de un eficaz plan de prevención que contemple los elementos siguientes:
- Política de seguridad y salud clara y decidida.
- Organización de alojamientos, servicios de manutención y medios de transporte no sólo para los refugiados sino también para los profesionales que les prestan la atención inicial de emergencia.
- Dotación de medios a todos los profesionales implicados en estas labores.
- Equipos de protección individual: cascos, guantes y mascarillas.
- Kit básico de acogida compuestos por manta, agua, alimentos para bebés, pañales y comida.
- Sillas de ruedas, parihuelas o camillas.
- Botiquines portátiles.
- Acciones de información, formación y sensibilización que puedan distribuirse a todos los participantes (en formato físico y/o a través de dispositivos móviles o internet):
- Edición de documentos multilingües con vocabulario y expresiones básicas de asistencia.
- Tarjetas de información básica con recomendaciones preventivas, teléfonos de interés y direcciones de urgencia.
- Traductores on line / off line.
- Vigilancia de la salud de todas las personas que participan en estas acciones humanitarias.
- Atención y soporte psicológico antes, durante y posteriormente a la participación en la atención a refugiados, bien de forma física o bien a través de redes de apoyo social virtuales.
Amén de lo anterior, es necesario un profundo cambio de perspectiva. Nuestra sociedad debe estar preparada para hacer frente de forma conjunta a situaciones cada vez más frecuentes de emergencias globales (vertidos del “Prestige”, crisis del ébola, desplazamientos de refugiados, etc).
Hemos contraído una deuda moral con los profesionales y voluntarios que, con más voluntad que medios, son la primera línea de actuación en este tipo de eventos y que va más allá del reconocimiento público. Se impone la adopción y puesta en práctica de acciones encaminadas a preservar la salud de estos héroes reales.
Las consultorías especializadas en seguridad y salud laboral somos las entidades mejor preparadas para liderar estas actividades. Es por ello que nos ofrecemos a colaborar con las distintas administraciones, ONG y otras organizaciones afines para llevar a cabo este cometido.
Fuente: http://prevenblog.com/
Esta publicación fue mencionada sin realizarle modificaciones, indicando su fuente. Está hecha con fines académicos y de difusión del tema. Esperamos no ocasionar incomodidades por mencionar esta publicación en nuestro blog. De ser necesario será retirada.
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